Jóvenes, adultos, niños, familias... han dejado a lo largo del verano su rayo de luz en el Monasterio. La búsqueda de Dios se hace concreta en tantos que, poniéndose en camino, se acercan a nuestra casa pidiendo una palabra del Señor y un espacio propicio para el encuentro, la fraternidad, el diálogo... Recolección de higos de la finca,...los frutos que regala la tierra Distintas visitas de amigos que vienen a convivir, descansar...estudiar, pensar....orar...
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