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28 de abril de 2011

Pascua 2011

ACOGIDA
Presentación, Saludo Pascual y reparto de los cuadernillos que usarán durante el estos días.
Este año, hemos convivido gente de toda raza, pueblo y nación.
Guinea, Países Bajos, Alemania, Perú, Colombia, Yemen, y desde todos los puntos de España (Burgos, Málaga, Madrid, Toledo...)

Madre Prado da la 1ª Clave del día:
Se despojó de su rango
Durante las charlas se toman notas que ayudan para la oración y reflexión personal.

Oficios.
Momento en que el párroco de Becerril, Julio Gómez Otero, realiza el lavatorio.

VIERNES SANTO
La Hna. Carmen da la 2ª Clave: En rescate por muchos

Los laicos del Monasterio, Nacho y su esposa Mariví, dieron testimonio con su vida.
Vía Crucis.
Seguimos el texto que se iba a leer desde el Coliseo (Italia) esa misma noche, que había sido elaborado por la hermana Rita, monja agustina de Italia.
(Si quieres leer el texto pulsa: VIA CRUCIS >>)
Un numeroso grupo de consagradas del Instituto Secular Ignis Ardens viajaron desde Alicante para celebrar con nosotras la Pascua de este año. "Busco a mis hermanos" era una realidad patente en este encuentro de comunión donde los cristianos se reúnen para celebrar el misterio pascual.
Oficios


Una madre y su hija se acercan a besar la cruz

Solemne Vigilia del SÁBADO SANTO
Tras la 3ª clave del día, de la Hna. Carolina, comenzaba un tiempo largo de oración. Por la tarde se compartió por grupos.





Momento del testimonio de Susanne vivido con la Comunidad
Momentos de la velada festiva.

Ana danza al son de la Salve Rociera.
Leoni, de Holanda, toca una pieza con el violín

Una hermana de Ignis Ardens interpreta una elegía con el Chelo
Desde Italia nos llegó este Huevo de Pascua mandado con mucho cariño por unos amigos peregrinos.










Para>> leer la Carta <
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Para ver los textos incluidos en el>> Cuadernillo <
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TESTIMONIO sobre la Pascua de Aida Lobato Gutierrez, de 12 años.

Hola, me llamo Aida y este año por parte no quería venir a la Pascua.

Al principio no me sentía muy bien, me quejaba de la mayoría de las cosas; pero el viernes por la tarde, comprendí que las cosas podrían ser mejores si yo cambiaba, ponía todo de mi parte y me dejaba ayudar por Jesús; por que aprendí a ponerme en el lugar de los demás (con mis hermanos, amigos, etc.) desde ese momento he vivido con más paz y alegría. Espero que esta actitud se mantenga.

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TESTIMONIO sobre la Pascua del grupo de adolescentes:

Queremos compartir el grupo de jóvenes nuestra experiencia de pascua. Comienza así nuestro viaje:

La mayoría de nosotros subimos al tren obligados, nos parecía que había otros destinos mejores, como irse a la playa, quedarse en casa, irse de fiesta… sin embargo nos dieron el billete comprado. No había posibilidad de cambio. Unos se montaron en Toledo, otros en Valladolid y otros en Madrid, pero todos nos dirigimos hacia una misma estación, “la pascua”.

Ha habido baches, averías, deseos de bajarnos, mareos, pero al final todos unidos hemos llegado llenos de alegría. Unos hemos tomado como ejemplo a aquellas hermanas que nos animaban a seguir adelante, otros han seguido como ejemplo a sus propios padres, hermanos o simplemente amigos, que con una simple sonrisa te alegraban el día.

El viaje era largo y se nos hacía muy pesado, por lo que tuvimos que buscar algunos métodos para hacerlo más ameno, vimos películas, cantamos, reímos, contamos chistes…

El primer día, el jueves, se notaba un ambiente más ruidoso, movido… estábamos todos algo perdidos, unos por un lado, otros por otros, pero ahí, siempre juntos. Nos fuimos conociendo poco a poco…

El segundo día, el viernes. Todo ya estaba más tranquilo, íbamos cogiendo confianza con los demás y con nosotros mismos. Fuimos abriéndonos, hablando, nos íbamos dando cuenta de que, realmente todos somos diferentes pero todos somos hermanos.

Muchos sufrimos, muchos reímos, todos tenemos sentimientos… nadie es parecido, nadie piensa igual pero sin embargo, aquí estamos todos, en el vagón, continuando el viaje hacia nuestro destino.

El tercer día, el sábado, pasó por nuestro vagón un nuevo revisor, Abel, quien nos contó una historia muy bonita que nos llegó a todos.

Fue un día más, pero diferente. Ya todos nos dimos cuenta de que este viaje valía la pena, que en la última estación alguien nos estaba esperando con los brazos abiertos para tenernos a su lado.

Ese mismo día, algo extraño ocurrió. Las luces del tres se pagaron. Esperando que la luz se encendiese, alguien cercano encendió una vela que a su vez encendió la mecha de los demás.

Eran ya las doce de la noche, un nuevo día.

Con la luz llegó la fiesta, la nueva vida.

Cuando pensábamos que había llegado el fin del trayecto, descubrimos que es el inicio de un nuevo recorrido, el comienzo de una nueva ruta y que gracias a todas las personas que nos han acompañado en este viaje, tenemos mucho que contar, mucho mundo vivido, muchas experiencias que merecen la pena ser contadas.

Esperamos seguir descubriendo nuevos trayectos por este viaje de la vida.