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9 de septiembre de 2011

Cómo hacerse monja

¿Crisis vocacional?

Hay una herramienta de Google que te dice el número de veces que se hace cada búsqueda al mes:

1. “ser monja”, se hace 2.400 veces al mes.
2. “cómo ser monja”, se busca 320 veces al mes.
3. “hacerse monja”, se hace 170 veces al mes».

Si realmente te estás haciendo la pregunta, ESCRÍBENOS a:

agustinas.osa@telefonica.net

(Si quieres más información sobre el artículo de Google

pulsa >>Aquí << )


8 de septiembre de 2011

¿Que hace una chica como tú en un sitio como este?

En este libro, aparece el testimonio de nuestra Hna. Carolina. Sabemos por las cartas recibidas que el libro está siendo muy leído y que está haciendo mucho bien. Desde aquí os invitamos a leerlo también.
Puedes ver también la entrevista sobre el libro en:
TVE - "últimas preguntas" >>


Dejamos aquí parte de la entrevista a Carolina:

-Hermana, ¿por qué se llama Monasterio de la Conversión?

-Primero por san Agustín, que junto a san Pablo, es el gran converso de la Iglesia. Y luego, porque queremos que este sea un lugar que mueva los corazones y la mirada de aquellos que se acerquen aquí hacia Jesucristo.

-Has hablado de la propia conversión de los cristianos. ¿A qué te refieres?

-Yo soy la primera cristiana que necesita convertirse.

-¿Cómo es eso?

-Convertir es volver el corazón, y mi corazón, muchas veces al día, tantas y tantas, deja de mirar a Jesús y se mira a sí mismo. Ahí está la conversión, en volver la mirada a Cristo, en levantar la mirada de nuevo para ponerla en Cristo.

-¿Por qué volvemos la mirada a nosotros mismo con tanta facilidad?

-Creo que en el fondo tenemos miedo de perder la vida. Tenemos miedo a morir, y no nos creemos las palabras de Jesús: “Quien pierda su vida la encontrará” o también: “si el grano de trigo cae en tierra y muere da mucho fruto”. En cambio, nos aferramos a la vida como si fuera nuestra propiedad y no sabemos hacer de nosotros mismos una ofrenda, un don para los otros. Y quien cree tener algo en propiedad lo debe proteger y guardar… por eso nos miramos a nosotros mismos y no al Señor.