Estos días, todos, padres, niños y las hermanas con ellos, hemos meditado, dialogado y reflexionado sobre la Conversión, sobre el camino de búsqueda de Dios que es la vida de cada uno. En el corazón hay una brújula que nos señala constantemente la dirección que nos lleva hacia Jesús, al que pertenecemos, pero experimentamos muchas veces la pérdida y la desorientación.
Solo la gracia nos salva, nos reorienta, nos busca y salva!
Eso hemos celebrado juntos en la oración y la liturgia, en el silencio y las claves, en la convivencia y fiesta, en medio de esta preciosa creación que nos rodea y que a nuestros amigos, (la primera vez que venían al Monasterio de Sotillo) les ha sorprendido y emocionado.
DEO GRATIAS!
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