Madre Prado da la 1ª Clave del día:
Oficios.
TESTIMONIO sobre la Pascua de Aida Lobato Gutierrez, de 12 años.
Hola, me llamo Aida y este año por parte no quería venir a la Pascua.
Al principio no me sentía muy bien, me quejaba de la mayoría de las cosas; pero el viernes por la tarde, comprendí que las cosas podrían ser mejores si yo cambiaba, ponía todo de mi parte y me dejaba ayudar por Jesús; por que aprendí a ponerme en el lugar de los demás (con mis hermanos, amigos, etc.) desde ese momento he vivido con más paz y alegría. Espero que esta actitud se mantenga.
- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -TESTIMONIO sobre la Pascua del grupo de adolescentes:
Queremos compartir el grupo de jóvenes nuestra experiencia de pascua. Comienza así nuestro viaje:
La mayoría de nosotros subimos al tren obligados, nos parecía que había otros destinos mejores, como irse a la playa, quedarse en casa, irse de fiesta… sin embargo nos dieron el billete comprado. No había posibilidad de cambio. Unos se montaron en Toledo, otros en Valladolid y otros en Madrid, pero todos nos dirigimos hacia una misma estación, “la pascua”.
Ha habido baches, averías, deseos de bajarnos, mareos, pero al final todos unidos hemos llegado llenos de alegría. Unos hemos tomado como ejemplo a aquellas hermanas que nos animaban a seguir adelante, otros han seguido como ejemplo a sus propios padres, hermanos o simplemente amigos, que con una simple sonrisa te alegraban el día.
El viaje era largo y se nos hacía muy pesado, por lo que tuvimos que buscar algunos métodos para hacerlo más ameno, vimos películas, cantamos, reímos, contamos chistes…
El primer día, el jueves, se notaba un ambiente más ruidoso, movido… estábamos todos algo perdidos, unos por un lado, otros por otros, pero ahí, siempre juntos. Nos fuimos conociendo poco a poco…
El segundo día, el viernes. Todo ya estaba más tranquilo, íbamos cogiendo confianza con los demás y con nosotros mismos. Fuimos abriéndonos, hablando, nos íbamos dando cuenta de que, realmente todos somos diferentes pero todos somos hermanos.
Muchos sufrimos, muchos reímos, todos tenemos sentimientos… nadie es parecido, nadie piensa igual pero sin embargo, aquí estamos todos, en el vagón, continuando el viaje hacia nuestro destino.
El tercer día, el sábado, pasó por nuestro vagón un nuevo revisor, Abel, quien nos contó una historia muy bonita que nos llegó a todos.
Fue un día más, pero diferente. Ya todos nos dimos cuenta de que este viaje valía la pena, que en la última estación alguien nos estaba esperando con los brazos abiertos para tenernos a su lado.
Ese mismo día, algo extraño ocurrió. Las luces del tres se pagaron. Esperando que la luz se encendiese, alguien cercano encendió una vela que a su vez encendió la mecha de los demás.
Eran ya las doce de la noche, un nuevo día.
Con la luz llegó la fiesta, la nueva vida.
Cuando pensábamos que había llegado el fin del trayecto, descubrimos que es el inicio de un nuevo recorrido, el comienzo de una nueva ruta y que gracias a todas las personas que nos han acompañado en este viaje, tenemos mucho que contar, mucho mundo vivido, muchas experiencias que merecen la pena ser contadas.
Esperamos seguir descubriendo nuevos trayectos por este viaje de la vida.
6 comentarios:
Gracias por estas fotos que nos recuerdan el gozo de haber compartido con vosotras estos días.
Un abrazo, Pilar.
vedere la foto di Madre Prado che scarta l'uovo di cioccolato ci fa rendere conto di essere stati partecipi della vostra grande e meravigliosa festa.
Grazie,un abbraccio Monica
Gracias por todo.Cada vez que nos acercamos al Monasterio y compartimos con la Comunidad de Hermanas vivimos la felicidad que solo DIOS dá.
Amalia y Manolo
Enhorabuena chicos, por este testimonio que nos leísteis en voz alta y por dar a otros la oportunidad de conocer vuestras experiencias. Bien por nuestros jóvenes que tanto ejemplo nos dan.
un beso. Pilar.
En estos tiempos turbulentos, viendo estas fotos, estos sí que son brotes verdes.
Gracias a todos los que nos habéis ayudado a vivir en Cristo la alegría de la fraternidad.
Un abrazo,
Nieves
Muchas gracias por esta Pascua que nos devuelve a nuestro día a día con un espíritu renovado y dispuestos a cambiar el mundo. Sandra
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