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28 de agosto de 2012

Así fue la inauguración del Monasterio

Hacía casi cinco años desde que el 27 de octubre del año 2007 pusimos la primera piedra de nuestro nuevo Monasterio de la Conversión en Sotillo de la Adrada y después de mucho trabajo, esfuerzo, dificultades, apoyo y ayuda, después, sobre todo, de mucha gracia de Dios sosteniendo y realizando este proyecto llegamos al gran día de la inauguración el 26 de agosto de este año 2012.

A lo largo de la mañana fueron llegando al monasterio los miembros de nuestra Fraternidad de Laicos y muchísimos amigos y familiares que querían ayudarnos para los últimos preparativos para la celebración de la tarde. La finca del Monasterio parecía un pueblecito con grupos de personas por todos los rincones trabajando, poniendo sillas, limpiando, decorando y preparando el bocadillo del mediodía...
  

Al fin, llegó el momento esperado y a las 18.00 h se iniciaba la procesión de entrada de la celebración eucarística presidida por Don Jesús García Burillo, obispo de Avila, junto a cuatro obispos más: Don Julián Centeno, obispo emérito de Iquitos (Perú), Don Rafael Palmero Ramos, obispo de Alicante, Don Manuel Sánchez Monge, obispo de Mondoñedo-Ferrol y Don Gerardo Melgar, obispo de Osma-Soria. Junto a ellos el P. Alejandro Moral, en representación de nuestro Padre General de la Orden, y los Padres Provinciales de la provincia de Filipinas, P. Carlos Morán y el P. Miguel Ángel Orcasitas de la Provincia Matritense. Muchos otros padres agustinos y cerca de 50 sacerdotes procedentes, sobre todo, de Ávila, Palencia, Toledo y Madrid.

La celebración tuvo varios momentos significativos.

Madre Prado en sus palabras de bienvenida y gratitud a todos los presentes recordó también a los que habrían querido estar aquí entre nosotros para esta ocasión y nos acompañaban desde el cielo, sobre todo, recordó a los familiares de las hermanas que han fallecido a lo largo de estos años y habían soñado y ayudado tanto con nuestro proyecto de Sotillo.

Don Jesús en su homilia nos recordó las claves de vida de nuestra comunidad agustina iluminadas por la Palabra de Dios que se acababa de proclamar: comunión con Cristo y entre nosotras para ser lugar de conversión, de vitalidad para el mundo, de renovación interior para los hombres y mujeres que pasen por esta casa.

El momento de la bendición acompañado por el canto compuesto por Javier Moreno, músico y laico de la Fraternidad del Monasterio, "Derramaré un Agua pura" cobró una gran centralidad. Don Jesús tras la oración de bendición, fue rociando primero a la comunidad, piedras vivas de este edificio, y luego las paredes de la casa, por dentro y por fuera, y a todos los presentes. Todo hablaba de la vida nueva que Dios nos promete a cada uno en su gracia y para su Gloria, la que nosotras sentimos también que se inicia en este lugar para toda nuestra comunidad.


En las despedidas el Padre Alejandro Moral, osa, en nombre de nuestro Padre General, nos dirigió unas palabras en las que nos recordaba las dos columnas de nuestra espiritualidad: comunión, que este lugar sea un espacio de reconciliación y fraternidad, y conversión, para que el mundo crea y muchos reconozca en nuestra unidad el rostro amoroso de Dios. 


Tras él, Don Rafael Palmero Ramos, quiso agradecer a Madre Prado y a todas las hermanas el coraje y el empuje que tuvieron y tenemos para iniciar y llevar adelante esta nueva experiencia eclesial y agustiniana y quiso remarcar el apoyo y compañía de muchos que nos siguen de cerca y rezan por nosotras recordándonos que no estamos solas, que hay una retaguardia de hermanos alentando este camino. Todos rompimos en un aplauso general tras su intervención llena de fuerza y cariño.

Como recuerdo de este día quisimos regalar a todos los presentes un pequeño signo: nuestra estrella, que caracteriza nuestra misión en el Camino de Santiago y que simboliza la propia llamada a ser luz y formar una constelación, hacer de esta tierra un cielo.

Al finalizar la ceremonia litúrgica, nuestros arquitectos, Nuria Arribas y José Luis Gutierrez explicaron las características de las edificaciones y el proceso de realización de las obras, así como los proyectos futuros que aún están por realizar.

Después llegó el momento de los saludos, las felicitaciones y el refrigerio. Estuvimos acompañadas especialmente por la presencia incondicional de nuestras familias, muchos hermanos y hermanas religiosos de otras congregaciones que se trasladaron hasta aquí para compartir nuestra alegría, los trabajadores de la obra con sus familias, los colaboradores que han hecho posible con su generosidad este proyecto; fue inolvidable la presencia de nuestros amigos y vecinos de Becerril de Campos, Palencia y Carrión, empezando por Carlos y Julio, los párrocos de Becerril y Carrión, Don Mario Granda, el alcalde de Becerril y muchos, muchos amigos queridos de nuestra tierra palentina; entre los presentes había muchos amigos también de Madrid, Toledo, Talavera y Avila; lugareños de Sotillo, Don Cecilio, el párroco, y Don Juan Pablo Martín, nuestro alcalde, con una representación del ayuntamiento, también vecinos de los pueblos de alrededor.

La palabra que brota de nuestro corazón es un inmenso GRACIAS a todos, a los que estuvisteis y a los que hubierais deseado estar y no pudisteis venir. Gracias a cada uno. Gracias a Dios por este paso de gracia y luz que nos permite vivir. Rezad por esta pequeña grey y sabed que en este paraje de belleza, de paz y unidad os esperamos a todos.

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