A través de la música y la palabra, y envueltos en la calidez que da la fraternidad, nos acercamos juntos al misterio del amor del Dios que nos da vida, el único que no pasa y no falla. Y juntos buscamos los rasgos de ese amor en el rostro de Jesús, por quien merece la pena entregarlo todo, sin reservas.
Tras una hora de oración y música, pudimos conversar y compartir la mesa con algunos
de los jóvenes.
Pastoral Juvenil de al Rioja
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